El agua es uno de los principales combustibles para nuestro cuerpo, esencial en nuestro día a día y más durante los meses de calor del verano, ya que solemos transpirar más de lo habitual. Es por eso que el consumo de líquido debe aumentar para no tener un golpe de calor o molestias físicas.
Durante el verano te recomendamos evitar las bebidas azucaradas y alcohol, tomar al menos dos litros de agua (que equivalen a ocho vasos al día) y consumir frutas y verduras. La Organización Mundial de la salud (OMS) recomienda reducir el consumo de azúcares libres, tanto para los adultos como para los niños, que solemos encontrar en el consumo de gaseosas. Por eso es primordial cambiar o modificar este hábito por agua mineral para reducir dicha ingesta.
También en estas épocas de altas temperaturas es recomendable utilizar ropa clara y gorras o sombreros para evitar las posibilidades de un golpe de calor.
Los bebés, niños, deportistas y adultos mayores, son más propensos a sufrir deshidratación y no siempre tener sed es un buen indicador. Por ello es importante planificar el consumo de líquidos a lo largo del día, contar siempre con agua en la heladera, almorzar y cenar con agua, tomar agua antes y después de hacer actividad física.
Cuidar nuestra salud en épocas de altas temperaturas es primordial para sentirnos mejor y poder disfrutar del verano.
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